Algunos de los beneficios potenciales de un ingreso básico incluyen: reducir la pobreza y la desigualdad, mejorar la seguridad económica de las personas, liberar a las personas de trabajos mal pagados y crear un mercado laboral más justo y equitativo. También puede tener un impacto positivo en la salud psychological, la educación y el desarrollo de los niños y se considera una herramienta útil para combatir la automatización y el trabajo precario.